Laboratorio Vera Valiente

EL AYUNO Y LOS ANÁLISIS CLÍNICOS

Aunque tan antiguo como los propios análisis, éste tema es motivo de consulta diaria en el Laboratorio; la causa es la falta de directrices de todo el personal sanitario implicado (médicos prescriptores, analistas realizadores y personal sanitario, en general, que con sus, a veces contrapuestos consejos, bien por desinterés e incluso por desconocimiento, mantenemos al paciente en un mar de dudas.
Como norma general, al laboratorio se acudirá en ayuno de 10 horas, sin haber tomado ningún medicamento ése día, no haber fumado ni efectuado ejercicio intenso. Además se pondrá en conocimiento del analista la medicación que , de forma habitual ó puntual, se está tomando; las mujeres, además, comunicarán incidencias propias de su sexo (menstruación, día del ciclo sobretodo en pruebas hormonales, menopausia, etc.) Es habitual que el médico que prescribe, aconseje al paciente «para ésta prueba no necesita el ayuno», consejo éste que acarrea múltiples problemas al laboratorio, porque el paciente hace uso puntual del mismo y acude al laboratorio recién comido. Es verdad que numerosas pruebas, no precisarían el ayuno para ser determinadas con precisión, porque son independientes de las calorías ó calidad de los alimentos ingeridos, pero no lo es menos que, la inmensa mayoría de las técnicas analíticas, utilizan para medir un rayo de luz que atraviesa la cubeta de reacción y un fotómetro que mide la densidad óptica (color ó turbidez, según la técnica) de la muestra objeto del análisis; la concentración del parámetro analizado, es directamente proporcional a la cantidad de color ó turbidez medidos. Si se ha comido, existe una turbidez en la sangre causada por los alimentos ingeridos y aún no metabolizados, QUE INCREMENTARÁ LA DEBIDA AL ANÁLISIS, RESULTANDO UNA CONCENTRACIÓN DEL PARÁMETRO ANALIZADO FALSAMENTE ELEVADA. Ésto es así incluso para determinaciones como un hemograma, dónde el ayuno ó no, no afecta al número de células contadas, pero en el que también se determina la hemoglobina, prueba fotométrica afectada por la turbidez, como explicábamos antes.

Por lo antedicho, es obvio que prescripciones de análisis que incluyan pruebas que dependen directamente del ayuno, como GLUCOSA y GRASAS (Colesterol, HDL, LDL, Triglicéridos, Lipidograma), precisan un ayuno de 10 horas mínimo y procurando que la cena de la noche anterior, sea liviana y no incluya grasas (ésto es particularmente imprescindible para pacientes con patología ya conocida de elevación de triglicéridos). Para todas las demás que no incluyan éstas determinaciones, es exigible un ayuno de, al menos, 3 horas.

EL AGUA NO ROMPE EL AYUNO, ni tomada con moderación inmediatamente antes del análisis; en verano, dónde se pierde agua por sudoración, es aconsejable tomar un vaso antes del análisis, para reponer el volumen hídrico de la sangre.

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